Es importante señalar que no se puede responder de manera absoluta a esta interrogante, ya que para poder determinar si son o no eficientes se deben realizar entre otros una serie de estudios al sistema procesal penal, análisis de las estadísticas respecto a si estas medidas han ayudado a asegurar los fines del procedimiento, si se ha garantizado a través de ellas la seguridad de la víctima, etc.
Por otro lado, si el análisis se realiza desde la perspectiva de la víctima, podría decir que estas medidas son deficientes, pues no basta solo con que se decreten las medidas, sino que además es imperativo que hayan instituciones que puedas vigilar que se estén cumpliendo. En la práctica, no basta con que carabineros asista de manera esporádica a chequear que el imputado por ejemplo se encuentre en su domicilio (arresto domiciliario) o que no se acerque a la víctima (caso de medidas de alejamiento).
Finalmente si se miran estas medidas desde la perspectiva del imputado, resulta que en muchas ocasiones se decreta la medida cautelar más gravosa de todas (prisión preventiva) para evitar que el imputado se fugue y sin embargo resulta ser inocente.
Sin duda nuestra legislación debe avanzar a que las medidas cautelares garanticen de mejor manera la seguridad de la víctima y también establecer mecanismos que puedan asegurar al imputado no estar privado de libertad cuando en realidad sé es inocente.